En la víspera del 1º de Agosto,
el Ministerio de Salud Pública de la Provincia de Tucumán, cartera dirigida por Pablo
Yedlin, difundió a través de su equipo de prensa un artículo en el que se
invitaba a los tucumanos a no consumir el tradicional té de ruda que por
tradición muchas familias consumen al inicio del octavo mes del año.
La información puede parecer
irrelevante, pero no lo es. El té de ruda es parte del folklore argentino desde
hace mucho, y las complicaciones generadas por su ingesta han sido históricamente
mínimas. Entonces que una médica aparezca pidiéndole a la población que
renuncie a la bebida por motivos de salud es como pedirle que renuncien a su
identidad, una verdadera afrenta en contra de la argentinidad.
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