jueves, 30 de enero de 2014

La bandera imperdonable

Un video en el que se ve a un grupo de “actores” interpretando una ridícula coreografía denominada “Harlem Shake” justo en frente de la Casa de la Independencia causó malestar en mucha gente. El hecho de que se utilice un monumento histórico nacional como escenario de semejante sandez fue juzgado por más de uno como una profanación en contra de la Patria.

Sin embargo algo muchísimo más grave que el Harlem Shake tiene lugar a diario en el mismo lugar. Me refiero, claro, a la presencia de dos banderas indigenistas que cuelgan a la entrada de un paseo de artesanos que se ubica justo al lado de la Casa de la Independencia.

Wiphalas al lado de la Casa Histórica
Wiphalas al lado de la Casa Histórica
Wiphalas al lado de la Casa Histórica

Estos trapos pestilentes son llamados por algunos “wiphalas”. La wiphala es una bandera inspirada en el Imperio Inca (en realidad muchos intentaron identificarla como a la mismísima bandera de aquel imperio, empero la investigación histórica echó por tierra esa pretensión). Esa vocación imperial no es casual: el trapo con los colores del arcoiris flamea actualmente con total libertad en Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y hasta en nuestra Argentina. Una wiphala, por tanto, tiene casi el mismo estatuto que las banderas que representaban a otros imperios fenecidos, pero a los cuales aún se busca siniestramente hacerlos renacer.

¿Es posible imaginar qué diría la prensa si junto a nuestra querida Casa de la Independencia, cuna de la argentinidad más virtuosa, se viera flamear a una bandera roja con una hoz y un martillo amarillo en su extremo superior izquierdo, u a otra bandera igualmente roja pero con un círculo blanco en su centro que encierra una cruz gamada negra? Seguramente se produciría un poderoso cacareo. Pues bien una bandera así de inmunda y perversa todos los días decora las adyacencias de la Casa Independencia ante el silencio cómplice de quienes desprecian los eventos de 1816.