Entre
la fauna de “ilustrados” que trabajan como funcionarios en la provincia de
Tucumán se destaca su Defensor del Pueblo, el arquitecto Hugo Cabral. Hugo
Cabral lleva por primer nombre “Víctor” y por segundo apellido “Cherniak”,
cosas que, tal vez por cuestiones estéticas, oculta.
Lo
que no oculta son sus inclinaciones progresistas. Como buen progresista, Cabral
ha utilizado su poder para apoyar a minorías como los aberrosexualistas,
las feminazis y demás ralea, al mismo tiempo que ha procurado perjudicar a las
mayorías (por ejemplo al ignorar los reclamos por los aumentos tarifarios
abusivos de las empresas de servicios públicos o al mirar para otro lado ante
las repetidas denuncias en contra de las fábricas que contaminan el medio
ambiente).
La
última “cabraleada” es antológica: esta vez el arquitecto decidió confrontar a la mayoría más grande y silenciosa del continente, vale decir a la Hispanidad misma. Al
parecer Cabral, con ese apellido tan ibérico aunque probablemente sefardí, es
un acérrimo promotor del indigenismo. Es tan profundo su compromiso con los
originarios que se rumorea que Bolivia, el narcoestado más exitoso del
hemisferio austral y la meca de los indigenistas de la región, quiere nombrarlo
“ciudadano honorario”, dándole el título de “Boliviano”, que bien puede este
señor abreviar, para que al final quede vistosamente un “Bol. Hugo Cabral”, lo
que, supongo, lo llenaría de orgullo.
Pues
bien, sucede que es tan desmedida la pasión por los indios de Bol. Hugo Cabral
que no teme hacer el ridículo para que todo el mundo se entere de ello. Y la
expresión “todo el mundo” no es una hipérbole: nada más y nada menos que el
diario El País lo ha entrevistado, convirtiendo a la
Defensoría del Pueblo de Tucumán en un hazmerreír internacional.
Es que a Cabral se le ocurrió denunciar ante la Justicia Federal
a un videojuego llamado “Conquistadores
del Nuevo Mundo” por recrear “el genocidio perpetrado en América en el
siglo XV [sic]”. En el artículo del diario español, el periodista que lo
escribió se mofa de que a través del teléfono este personaje inverosímil de Bol. Hugo
Cabral le dio un encendido discurso sobre colonialismo y vaya uno a saber que
otro desvarío en lugar de simplemente comentarle qué es lo que sostiene.
Cabral
habla sobre un efecto “pedagógico negativo” del videojuego, y al mismo tiempo sostiene que lo que lo indigna es que se explote un tema tan
sensible como la Conquista
de América para “promocionar un divertimento con fines comerciales”.
Sea
como sea, los desarrolladores del videojuego contestaron señalando que su
trabajo no reproduce la historia de la Conquista , sino que se constituye como un
simulador históricamente inexacto que le permite al jugador experimentar una
veintena de narrativas diferentes, en donde se puede ver el proceso de la
españolización de México como un acontecimiento ultraviolento o ultrapacífico. Dicho
de un modo más breve: los creadores de Conquistadores
del Nuevo Mundo le sugirieron al honorable Bol. Hugo Cabral Cherniak que
primero se informe sobre el videojuego y que sólo después emita sus opiniones.
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