lunes, 30 de junio de 2014

La conexión tucumana

Estimado lector,

¿Recuerda usted lo que le pasó a Antonio Domingo Bussi en 1999? Tras ganar una banca de diputado nacional gracias al voto del pueblo tucumano, sus colegas del Congreso de la Nación le impidieron al General ocupar su puesto. En aquella época, Bussi estaba siendo procesado por enriquecimiento ilícito y por comisión de delitos de lesa humanidad. Ninguna de las dos cosas estaba realmente probada, por lo que Bussi era inocente hasta ese momento; sin embargo, con la fe de los fanáticos, alrededor de ciento ochenta legisladores menospreciaron la voluntad popular tucumana. 

Ahora, 15 años después de aquel momento bochornoso considerados por muchos como "un acto de consolidación de la democracia", el gandul de Amado Boudou está siendo procesado por una maniobra económica ilegal vinculada a la adquisición de la empresa Calcográfica Ciccone. Esa empresa, en 2001, fue denunciada en Tucumán por haber producido los famosos "bonos mellizos"; rápidamente los dueños de Calcográfica Ciccone dijeron que era un mero error y que no era cierto que hubiese algún tipo de trama usuraria montada por el Ministro de Economía de la provincia, el Contador José Alperovich. 

Entre Alperovich y Boudou hay una peculiar asociación, que tiene como puntos en común otras cosas además de la Calcográfica Ciccone. Cuando en 2011 el Descuidista fue anunciado como integrante de la fórmula presidencial junto a Cristina Fernández de Kirchner, el tiranuelo hebreo que gobierna Tucumán textualmente dijo: "Boudou es un gran amigo de Tucumán, un gran amigo nuestro, un amigo mío. La Presidenta ha elegido a una persona de bien." A principios de junio de este año, cuando Boudou tuvo que ir a declarar ante el juez Ariel Lijo, retumbó el nombre del tucumano "José Brito" en el juzgado. Brito, principal responsable del kirchnerista Banco Macro, es un conocido de Alperovich, al que la prensa provincial lo calificó de "el Lázaro Báez tucumano". 

Pero esas triangulaciones sospechosas de Boudou y sus socios no sólo tocan al Domador de Camellos, sino que también alcanzan a la Energúmena, quien alguna vez estuviese justo detrás del procesado Vicepresente en la línea sucesoria de autoridades legítimas del país. Es sabido que varios de los cortesanos que rodean a la Senadora Nacional en Buenos Aires y que figuran como "asesores" de la Cámara Alta son gente cercana a Boudou, lo cual, claro, no es una casualidad.  

El vínculo entre estos personajes frívolos y peligrosos quedó en evidencia a finales de abril del 2013, cuando Boudou y Rojkés de Alperovich tuvieron los bríos de jugar a la monarquía en los Países Bajos, según dicen, por orden misma de la Presidente. Él fue a interpretar su papel de dandy, ella, en cambio, fantaseó con ser una princesa, como Elisabeth von Gutmann. Ambos creyeron estar siendo honrados, pero era claro para el resto que la Presidente los mandó para mancharles la coronación a los reyes de la Casa de Orange-Nassau de Amsberg. 

¿No deberían esos "amantes de la democracia" que dicen ser los congresistas hacerle a Boudou lo mismo que le hicieron a Bussi? ¿No se deberían desempolvar los archivos de Calcográfica Ciccone (si es que queda algo de esos papeles) y perseguir a los corruptos hijos de 1983 con la misma saña y desprecio con la que se persigue a quienes aniquilaron a la subversión armada? ¿No debería indagarse con mayor profundidad en la conexión tucumana del Caso Ciccone?


César Thames

No hay comentarios:

Publicar un comentario